Con Milei la sangría de dólares no para y las financia con mayor endeudamiento y sometimiento externo. El “ancla cambiaria” para contener la inflación genera un deterioro en las cuentas externas con sangría de divisas que aumenta la fragilidad de la “estabilidad” en el tipo de cambio. Este lunes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó el saldo negativo de la balanza de pagos.
Durante el segundo trimestre de 2025, la cuenta corriente tuvo un déficit de U$S 3.016 millones, un contraste con respecto a 2024 cuando para el mismo período había marcado un superávit de 3.732 millones. El deterioro es explicado por un rojo en el ingreso primario de -4.055 millones de dólares: la fuga de capitales en utilidades y dividendos de las empresas y pagos de intereses a los especuladores extranjeros. Solo en inversión directa, el egreso por utilidades ascendió a U$S 2.888 millones, mientras que la renta de cartera implicó otros U$S 1.251 millones.
#DatoINDEC
Balanza de pagos: entre los 2° trimestres de 2024 y 2025, la cuenta corriente pasó de un superávit USD 3.732 millones a un déficit de USD 3.016 millones https://t.co/gYk8zoqsLT pic.twitter.com/PgOc0TLkMP— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 29, 2025
También la cuenta “Servicios” profundizó su déficit, que alcanzó U$S 2.483 millones frente a U$S 1.136 millones un año antes. La diferencia se explicó por el incremento en los gastos por viajes y transporte, con crecimiento de turismo emisivo como de encarecimiento de fletes internacionales asociado a la suba de importaciones. El rojo del rubro viajes llegó a 1.454 millones, mientras que transporte marcó un saldo negativo de 886 millones.
El deterioro de la cuenta corriente fue financiado por un endeudamiento neto de la economía que creció a 2.854 millones en la cuenta financiera. El dato central fue el aumento de 14.271 millones en las reservas internacionales del Banco Central, explicado por desembolsos de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, la emisión de otros pasivos a largo plazo y por la ampliación de operaciones de financiamiento con “siete bancos internacionales” indica el informe.
La deuda externa bruta con organismos internacionales asciende a U$S 92.964 millones. Casi el 60% corresponde a obligaciones con el FMI, mientras que el 30% restante corresponde casi en su totalidad a préstamos del BID, el BIRF y el CAF.
En cuanto al stock de deuda externa bruta, al cierre de junio ascendió a U$S 305.043 millones a valor nominal, con un incremento de U$S 23.783 millones con respecto al primer trimestre de 2025. El aumento se concentró en el gobierno general, cuya deuda creció 18.480 millones en el trimestre, en línea con los nuevos desembolsos de organismos internacionales.
El balde rajado de la economía
La metáfora del “balde rajado” la utilizan los autores de Con exportar más no alcanza (2024, Siglo XXI) donde detallan la gran sangría de dólares del país a través del pago de la deuda externa fraudulenta, el giro de utilidades de las multinacionales a sus casas matrices (que controlan mayormente el comercio exterior) y la fuga de capitales.
Milei profundizó la sangría dando libertad de fuga a empresarios y especuladores como también jugosos beneficios con la timba financiera para mantener un “dólar barato” como ancla cambiaria. Todo fue en perjuicio de acrecentar la vulnerabilidad externa, que pese a los superávits comerciales, éstos se esfumaron con el fuerte déficit de servicios, la fuga de dividendos y pago de intereses.
El Gobierno volvió a endeudarse con el FMI y llega a las elecciones nacionales en una situación de dependencia del financiamiento externo y de la asistencia de organismos multilaterales con un riesgo país creciente que intimida con grandes intereses o compromisos a cambio.
Este lunes, el Tesoro compró U$S 500 millones, de los costosos dólares del agro, sin embargo las reservas del BCRA bajaron U$S 116 millones por el pago de vencimientos de deuda.
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La metáfora del balde rajado sirve para demostrar que sin romper con esa estafa de la deuda que nos somete por años, sin hacerse del control del comercio exterior bajo el estado gestionado por sus trabajadores, sin nacionalizar la banca para evitar la fuga, los hilos de la economía seguirán en manos de los fugadores de siempre. Estas son algunas de las medidas de urgencia del Frente de Izquierda para poner por encima las necesidades de las mayorías ante la debacle nacional, por sobre los intereses de unos pocos.