Reinvención fue la palabra más repetida en SIP Connect 2025, el encuentro anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), celebrado en Miami. Pero no como eslogan hueco, sino como mandato urgente para una industria que, entre avances tecnológicos y tensiones políticas, busca reconstruir su legitimidad, fortalecer su sostenibilidad y volver a conectar con una audiencia fragmentada, impredecible… y cada vez más exigente.
IA: entre la promesa y el riesgo
Si algo quedó claro en los paneles y conversaciones de pasillo, es que la inteligencia artificial ya dejó de ser un experimento para convertirse en una herramienta transversal en redacciones de todo tamaño. Medios como LA NACION e Infobae presentaron sus estrategias de integración: desde asistentes automáticos que titulan y optimizan contenidos, hasta narrativas basadas en IA y protocolos internos que establecen límites éticos y formativos. La consigna: que la IA amplifique el trabajo periodístico sin sustituir el juicio humano.
Pero también hubo advertencias. Andrés D’Alessandro (Adepa) y Jonathan Bock (Colombia) alertaron sobre el uso no consentido de contenido por parte de plataformas, la pérdida de ingresos, el riesgo de falsedad y la erosión de la confianza pública. “La IA puede ser una gran aliada, pero no reemplaza la creatividad ni la ética. Necesitamos marcos legales modernos, compensación justa y consentimiento explícito”, sentenció D’Alessandro, al presentar la Guía ADEPA y los tres principios clave: consentimiento, compensación y crédito.
En uno de los momentos más provocadores del congreso, Mariano Blejman (Media Party/SmartStory.ai) presentó una visión de “claroscuros” sobre el futuro del periodismo en la era de la IA. Advirtió tres posibles escenarios gravísimos: la “realidad está llegando a su fin” ante el auge de deep fakes; redacciones completamente autónomas donde la IA tome decisiones y distribuya tareas; y audiencias -y anunciantes-, en un entorno dominado por contenido generado y manipulado, donde “la democracia será sintética. Pero no todo fue distopía. En el horizonte optimista, la IA ofrece “superpoderes” para potenciar el periodismo, siempre que se invierta en verificación, herramientas de autenticación y alianzas estratégicas para fortalecer la verdad -un recurso tan vital como escaso- y convertirla en un activo periodístico y comercial.
De la innovación a la acción
El Congreso mostró experiencias concretas de innovación. Carlos Salas (El Comercio, Perú) compartió los avances del Media Lab, con desarrollos propios como “Merlín” (buscador conversacional), “Te lo cuento” (resúmenes automatizados) o “Composer” (extensión de IA integrada a Arc). En LA NACION, Gastón Roitberg destacó la apuesta por una innovación con sentido, apoyada en una redacción de 360 periodistas, foco en métricas, cultura colaborativa y una guía interna sobre uso responsable de IA.
Gerardo Castilla (La Vanguardia, México) fue directo: “Hay que dejar de cazar atención barata. Tenemos que trabajar por la atención que importa, la que construye comunidad”. Su equipo enseña a niños a narrar con IA, mientras crea relatos multiformato que cruzan generaciones.
Personalizar sin encapsular
El dilema entre conocer al lector y encerrarlo en una burbuja fue otro eje. Aldana Vales (ex Gannett) propuso una personalización “intencional”, basada en datos bien etiquetados, perfiles activos y una oferta que combine afinidad con descubrimiento. Claudio Cabrera (The Athletic) coincidió: “Nuestros algoritmos personalizan la mitad de la experiencia, pero dejamos la otra mitad para que el lector explore lo que no sabe que le interesa”.
Nuevos modelos, nuevos actores
Desde Texas, Sonal Shah (The Texas Tribune) mostró una fórmula potente: sin paywall, con periodismo de impacto, eventos masivos y alianzas con ProPublica. ¿El secreto? Audiencia en el centro, financiamiento mixto y cobertura política de alta calidad. En paralelo, Dale Anglin (Press Forward) explicó cómo su fundación ya inyectó más de 200 millones de dólares en medios locales de EE.UU. mediante auditorías y donaciones. Se abre una eventual puerta para Latinoamérica.
También resonaron las voces de medios locales, hiperlocales y regionales. 0221.com.ar (La Plata), con 23 personas, dos newsletters personalizadas por club y uso intensivo de IA. El Toque (Cuba), exiliado en EE.UU., presentó DeFactoApp y Sami, su asistente conversacional. Pamplonews, desde España, lleva el hiperlocalismo a WhatsApp con productos como boletines, fotos colaborativas y apps temáticas para fiestas regionales.
La política también juega
Daniel Coronel (Univisión) puso el dedo en la llaga: “Gobiernos de distinto signo atacan la credibilidad de los medios por igual”. La defensa del periodismo como bien público apareció una y otra vez, en discursos y proyectos. Desde la “Declaración de Salta II” hasta el reclamo por una mayor transparencia en los acuerdos con plataformas.
Un oficio que se repiensa a sí mismo
Néstor Altuve lo resumió con claridad: “IA, sostenibilidad e innovación no son ejes separados. Son preguntas cotidianas que atraviesan nuestras decisiones editoriales”. La SIP, con su acelerador regional (40 medios, 20 con fondos), busca impulsar esas respuestas.
En una industria con medios parecidos entre sí, la consigna final resonó como un campanazo lúcido: “Basta de repetir fórmulas. Necesitamos medios que informen, conecten y emocionen. Es tiempo de dar rienda suelta a la materia gris y liderar el cambio”