Las relaciones entre Israel y España alcanzaron un nuevo punto de tensión este lunes, luego de que el Ministerio de Exteriores español anunciara la retirada de su embajador en Tel Aviv “para consultas”.
La medida llegó pocas horas después de que el canciller israelí, Gideon Sa’ar, acusara al gobierno de Pedro Sánchez de “antisemitismo” por sus recientes decisiones contra el Estado judío.
La escalada diplomática se produce tras la declaración de Sánchez de imponer un embargo total de armas a Israel, acompañado de restricciones a barcos y aeronaves con destino al país, así como la prohibición de importar productos procedentes de comunidades israelíes en Judea y Samaria.
| La Derecha Diario
El líder socialista fue incluso más lejos al acusar a Israel de “genocidio” en Gaza, un término rechazado de plano por Jerusalén y considerado por muchos como una tergiversación política de la guerra contra Hamás, organización terrorista responsable de la masacre del 7 de octubre de 2023.
En respuesta, Sa’ar anunció sanciones personales contra dos ministras del gabinete español —Yolanda Díaz y Sira Rego—, prohibiéndoles la entrada a Israel y cualquier contacto oficial.
“El gobierno de España está liderando una línea hostil, marcada por un antisemitismo abierto y por una retórica de odio. No quedaba otra opción que responder”, declaró el ministro.
El canciller israelí también vinculó las medidas españolas con un intento de desviar la atención de los escándalos de corrupción que salpican a la administración Sánchez.
En un tono desafiante, advirtió que si España desea romper la cooperación en materia de defensa, será Madrid quien sufra las consecuencias: “Israel no necesita de España para defenderse. Por el contrario, es España quien probablemente necesite más de nuestras capacidades que al revés”.
La controversia se agudizó por la coincidencia temporal: mientras Sánchez anunciaba las sanciones, terroristas palestinos perpetraban un ataque armado en Jerusalén que costó la vida a seis civiles israelíes, entre ellos Yaakov Pinto, un joven inmigrante de origen español.
Sa’ar subrayó la paradoja: “Al mismo tiempo que Sánchez atacaba a Israel, los terroristas palestinos asesinaban a un ciudadano español-israelí. Sánchez y sus ministros torcidos ya han elegido hace tiempo ponerse del lado de Hamás”.
Con esta decisión, España se convierte en el país europeo más hostil hacia Israel, aislándose incluso dentro de la Unión Europea. La política de Sánchez no solo desconoce la legítima necesidad de Israel de defender a sus ciudadanos frente a Hamás, sino que además recompensa indirectamente al terrorismo, al tiempo que ignora la masacre del 7 de octubre y la continua amenaza a millones de israelíes.
Israel, por su parte, ha dejado claro que no permitirá que la retórica ideológica de un gobierno extranjero manche su derecho a la autodefensa. La disputa diplomática con Madrid, lejos de amedrentar a Jerusalén, reafirma la convicción de que frente al terrorismo, las concesiones y las sanciones externas solo fortalecen a quienes buscan destruir al Estado judío.