El gigante siderúrgico Acindar frenó el 85% de la producción en su planta de Villa Constitución, Santa Fe, y suspendió a más de 500 trabajadores durante una semana, desde el pasado sábado 26 de julio. La empresa, a cargo de ArcelorMittal, el grupo del indio Lakshi Mittal, vuelve a pausar sus operaciones por la crisis económica que atraviesa, en gran parte por el fin de la obra pública.
Consultados por Clarín, en Acindar decidieron no responder, pero aclararon que solamente hay 200 suspendidos. Los empleados que fueron a su casa cobran el 75% de su salario.
La empresa tiene desde principios de año un acuerdo con sus trabajadores para aplicar suspensiones rotativas y un esquema de audiencias de conciliación permanente para cuando fuera necesario, informaron fuentes de la provincia.
Pablo González, secretario General de la seccional Villa Constitución de la Unión Obrera Metalúrgica, explicó: «Se cerró la obra pública y la construcción privada no tracciona como para compensar. Acindar no está vendiendo acero; antes entregaba 120.000 toneladas por mes y este mes apenas por encima de 53.000 toneladas, con un excedente de producción de 17.000 toneladas».
Con la caída de una venta, la compañía decidió parar uno de los trenes laminadores, mientras que otro ya lo había frenado en mayo.
En 2023 Acindar tenía 1.250 trabajadores en su planta y 1.100 contratistas, pero ahora tiene 300 empleados propios menos y recortó contratos.
La industria siderúrgica se orienta principalmente a la construcción, luego a otras ramas fabriles como la automotriz y el resto va a agro y otros sectores como la energía. Aunque el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) registró en mayo un crecimiento de 25,4% interanual y de 15,1% acumulado en los primeros cinco meses de 2025, el acero sigue en crisis.
El año pasado las ventas cayeron aproximadamente un 30% y los empresarios esperan un achique de producción y personal en otras fábricas, si la recuperación de la actividad no es tan fuerte como para compensar el parate en la obra pública.