La relación entre Mauricio Macri y Javier Milei pasa uno de sus peores momentos, justo cuando el PRO y La Libertad Avanza deben sellar un acuerdo en la Provincia. Pero el mayor problema para el ex mandatario no es el Presidente, sino su hermana, «El Jefe».
Karina Milei se encargó de que Macri no gane influencia en el Gobierno. Lo hizo cada vez que el líder del PRO convencía al Presidente de torcer el rumbo de su gestión. Javier le decía que si, pero luego su hermana le aplicaba el veto: si la idea es de Mauricio, no se ejecuta. Punto.
“Karina está obsesionada con destruir al PRO. No entiendo por qué”, repite Macri sobre «El Jefe». La explicación es política y Mauricio lo sabe: los partidos comparten electorado y de esa manera La Libertad Avanza tendría cautivos a los votos de la derecha y la centroderecha. Pero no se agota allí: entre la hermana del Presidente y el ex mandatario hay una cuestión personal.
«El Jefe» no le perdona que, el día que se conocieron, Macri la ignoró. Fue en 2021, el ex mandatario había organizado una cena para conocer al libertario que era un fenómeno en redes y en televisión. Milei asistió a la comida con su hermana, pero Mauricio no le dirigió la palabra en toda la reunión. Sólo habló con él. Desde el primer momento, Karina empezó a juntar la bronca que ahora está liberando.
Guerra.
Cuando el acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO en la Provincia parecía un hecho, Karina lo deshizo. Es que luego del anuncio informal que hicieron dirigentes de ambos partidos, trascendió que Macri iba a pedir una serie de requisitos a la hora de la conformación de una coalición y del armado de listas. «El Jefe» explotó.
La hermana del Presidente quiere que el PRO firme una especie de contrato de adhesión. Acepta que se sumen sus candidatos, pero en una lista violeta y bajo el sello del oficialismo. No va a negociar de igual a igual. Eso lo dejó claro Sebastián Pareja, el armador de La Libertad Avanza en la Provincia, el lunes 9, en una reunión con Diego Santilli y Cristian Ritondo.
Los del PRO salieron del encuentro con la luz de emergencia encendida y le comunicaron a Macri la novedad. Harán un último intento tras el regreso de Karina de la gira internacional con el Presidente, que los llevó a Italia, España e Israel. Intentarán convencer al «Jefe» de que sea una alianza, que Mauricio no va a aceptar la subordinación. No les queda mucho tiempo: el 9 de julio es el cierre de alianzas y diez días más tarde vence el plazo para oficializar candidaturas.
El desplante de Macri era uno de los temores de Karina. En una reunión se lo planteó a Ritondo: “¿Qué pasa si a último momento aparece Mauricio, dice que no le gusta el acuerdo y echa todo para atrás?”, preguntó. “Eso no va a pasar”, garantizó el armador del PRO. Pero la hermana del Presidente aceleró y quiere ir por todo, usar los candidatos del ex presidente, pero borrar toda huella de su partido. Era lógico que el ex presidente iba a reaccionar.
Enojo.
Javier Milei es el único vértice del “triángulo de hierro” con el que Macri puede tener una relación cordial. Lo intentó con Santiago Caputo y fracasó. Con “El Jefe” es aún peor: no pudieron construir ni siquiera un diálogo: “Nunca nos sentamos a hablar”, protesta el líder del PRO. Y para colmo, la hace responsable de la falta de acuerdo entre los partidos: “Es una decisión de Karina”, dice públicamente.
Karina no parece preocupada con el reparto de culpas de Macri. En Capital se la jugó con su propio candidato, dejó de lado al PRO y lo humilló con los resultados: ganó la elección con Adorni y casi duplicó en votos al macrismo, que quedó tercero en su bastión.
Cada vez son menos los dirigentes del PRO que llaman despectivamente a Karina “la tarotista” o “la vendedora de tortas”. Tras la elección en Capital, la hermana del Presidente sacó chapa de armadora y se ganó cierto respeto. El problema es que ni ella ni Macri quieren ceder: el acuerdo en Provincia, que parecía un hecho, se empantana por los requisitos que ambos ponen de un lado y del otro. Y el tiempo se agota.
Bullrich – ¿Candidata?
Patricia Bullrich está dispuesta a ser candidata de La Libertad Avanza en octubre. “Uno tiene que colaborar con el cambio”, repite cuando le consultan por ese asunto. “Participaré en el lugar en el que el equipo considere que es el más adecuado”, dijo el último mes. La ministra de Seguridad abandonó oficialmente al PRO y se afilió a La Libertad Avanza, y si Javier y Karina se lo piden, podría disputar la elección a senadora por la Ciudad. Aún con ese alto nivel de obediencia, a Bullrich no le concedieron el único pedido que hizo: quería colar a Gerardo Milman en la lista de diputados nacionales. Karina dijo que no, sin dar mayores explicaciones. Es probable que Bullrich vuelva a insistir con asegurarle una banca al dirigente, lo que podría provocar un cortocircuito entre la ministra y el «El Jefe».