La renuncia de Manuel García Mansilla a la Corte Suprema coronó la derrota que sufrió el gobierno de Javier Milei con el abrumador rechazo del Senado a sus dos nominados para el máximo tribunal y ahora en la Casa Rosada se debaten entre esperar a las elecciones de octubre y el recambio de diciembre en el Congreso o proponer dos nuevos nombres, algo menos probable.
El Gobierno pretendía que García Mansilla se quedara en la Corte hasta el 30 de noviembre, en cumplimiento del decreto con el que Milei los designó a él y a Ariel Lijo como jueces, a pesar de que fue esa misma medida la que precipitó el contundente rechazo del Senado a los dos pliegos el pasado jueves. Incluso le hicieron llegar el pedido de «resistir» en el cargo al ahora ex juez.
Por ello, la renuncia que presentó este lunes luego de recibir 51 votos en contra (más de los dos tercios que requería a la inversa, para su aprobación) fue el golpe final para la estrategia que siguió el Gobierno a fin de cubrir las dos vacantes que tiene la Corte, diseñada y ejecutada por Santiago Caputo, el principal asesor de Milei.
Así, tras un año de discusión y negociaciones fallidas en el Senado, el tema volvió a foja cero: la Corte seguirá integrada por solo tres jueces (Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti) como antes y el Gobierno se ve obligado a evaluar cómo seguir, con dos opciones sobre la mesa y una que ganó terreno en los meses previos a la derrota parlamentaria.
Cuando la posibilidad del rechazo en el Senado empezaba a tomar cuerpo, dado que el oficialismo no lograba sumar votos para llegar a los dos tercios, cerca de Milei aseguraban que si los dos pliegos caían el Gobierno esperaría a diciembre, cuando cambiará la composición del Senado, para volver a intentar.
«Después de ganar las elecciones vamos a estar mejor y a tener los votos», aseguraban en la Casa Rosada. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ratificó en los días previos a la sesión ese posible curso de acción y hoy, con García Mansilla ya fuera de la Corte, la alternativa de esperar a diciembre vuelve a imponerse en la mesa chica de Milei, según supo iProfesional.
Esto se debe a que La Libertad Avanza (LLA) tiene solo seis senadores y confía en ganar varias bancas más en las elecciones nacionales de octubre, cuando se elegirán nuevos representantes para el Senado en ocho provincias: Chaco, Río Negro, Ciudad de Buenos Aires, Salta Neuquén, Tierra del Fuego, Santiago del Estero y Entre Ríos. Se renovarán 24 bancas, un tercio de la Cámara.
Cada distrito elige tres senadores y entran dos por el partido o frente ganador y uno por el espacio que sale segundo, por lo que en el escenario más optimista los libertarios podrían sumar 16 bancas a las seis que ya tienen, mientras que si quedara segundo en todas las provincias ganaría 8.
Ese rango que manejan en el Gobierno puede variar (por ejemplo, si LLA sale tercero en un lugar, segundo en otro y primero en otro) pero el dato central que tiene en cuenta el oficialismo al evaluar la idea de dejar en stand by hasta diciembre el tema de la Corte es que no arriesga ninguna banca en el Senado en este turno, por lo que solo puede sumar.
¿El Gobierno puede proponer dos nuevos candidatos para la Corte Suprema?
Para aprobar el pliego de un juez de la Corte se requiere una mayoría de dos tercios de los presentes que LLA no alcanzará, aunque gane en todas las jurisdicciones, a lo que se suma que el peronismo seguiría teniendo más votos en la Cámara alta. No obstante, la posición del oficialismo se vería fortalecida tanto para presionar como para negociar con los otros bloques.
La otra alternativa que se manejó en las últimas horas en el Gobierno fue la de proponer dos nuevos candidatos para llenar las vacantes que dejaron en la Corte Elena Highton en 2022 y Juan Carlos Maqueda en diciembre pasado. Sería una forma de mantener la iniciativa. Sin embargo, fuentes de la Rosada reconocen que hoy «es lo menos probable».
Ocurre que tras el rechazo del Senado a Lijo y García Mansilla, sumado al clima de enfrentamiento total que quedó planteado con el kirchnerismo y con sectores del PRO y la UCR -potenciado ahora por la campaña electoral- en el oficialismo quedó la sensación de que no conseguirán la aprobación de ningún pliego y que si avanzan en ese sentido sufrirán un desgaste mayor.
Es por ello que la alternativa que se impone por estas horas es la de buscar el triunfo en las elecciones de octubre, con especial interés en esas ocho provincias, y esperar al recambio en el Senado para retomar entonces la discusión sobre la Corte Suprema.
La situación de la Corte Suprema y la advertencia que dejó Manuel García Mansilla al renunciar
Nuevamente con tres miembros, la Corte Suprema recurrirá al sistema de conjueces -camaristas que convocados como suplentes- cuando no puedan conformar una mayoría para emitir fallos. Se trata de un recurso que Rosatti preparó junto a Rosenkrantz y a Maqueda -antes de que éste último se jubilara- para que el tribunal funcione.
Enfrentado a sus pares, Lorenzetti fue muy crítico de este sistema porque entiende que se trató de una maniobra para disuadir al Gobierno de empujar el pliego de Lijo, patrocinado por él ante la Casa Rosada y aceptado por Caputo. No obstante, García Mansilla también cuestionó en duros términos ese mecanismo en su carta de renuncia.
En la nota de siete páginas que presentó al renunciar a la Corte tras solo 40 días en el puesto, García Mansilla justificó decisión de asumir «en comisión» por decreto en «la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente».
Pero además, el académico y ahora ex juez del máximo tribunal apuntó contra la «falsa creencia de que la Corte Suprema puede funcionar con solo tres jueces», lo cual calificó como un «espejismo institucional» y agregó: «El funcionamiento con conjueces dista de ser el ideal. Se resuelven casos, sí, pero no en la cantidad y el ritmo que exige la Corte».
En ese sentido, advirtió que la lentitud «afecta en concreto la actividad del Tribunal y, fundamentalmente, la vida de nuestros conciudadanos, que ven demorada la resolución de las disputas que someten a su decisión».
El gobierno de Javier Milei tampoco comparte la idea de que la Corte Suprema pueda funcionar correctamente con tres miembros, pero no puede hacer nada más que proponer nombres para cubrir las vacantes y buscar su aprobación en un Senado que ya le propinó un revés histórico. La renuncia de Manuel García Mansilla lo dejó sin más balas en la cartuchera y casi obligado a esperar a las elecciones nacionales y al recambio de diciembre.